Empezando esta aventura

EMPEZANDO ESTA AVENTURA

Por fin aquí está la sorpresita que os venía anunciando estos días.

Espero que este espacio llegue a ser un lugar de encuentro interactivo; ese libro de visitas; el diario de bitácora en el que también vosotros reflejéis libremente vuestras impresiones y emociones, y así nos enriquezcamos todos.

¡Ojalá que os guste! Irene

jueves, 19 de abril de 2012

Queridos amigos:

Hace tiempo que no os cuento nada. Por aquí os envío parte de los diarios que escribo más o menos cada día. Supongo que dentro de un tiempo, cuando los relea, me recordarán cómo está siendo toda esta etapa y me sorprenderé con detalles que luego se olvidan.

Hace días estuve releyendo los diarios de hace un año y es impresionante revivir experiencias y emociones ya olvidadas, comprobar cómo hay situaciones que se repiten de forma recurrente, poder reírse con el paso del tiempo de lo que entonces era puro drama, incluso comprobar a toro pasado reflexiones y propósitos que más tarde se han cumplido. Es una oportunidad para sacar lecciones del pasado y para rescatar ya de paso relatos como el que os envío hoy. Lo escribí hace casi tres años pensando en mi familia, especialmente en mi padre. Es bastante íntimo, pero como madre, no dejo de preguntarme si lo hago bien con mis hijos y cuáles serán sus recuerdos míos cuando sean adultos. Imagino que os lo preguntaréis todos, por eso he querido compartirlo.

Un beso fuerte

Irene


16 de abril 2012

Un día normal en el hospital

Esta mañana estuve en el hospital. La rutina de siempre: análisis, defensas bien, consulta con el oncólogo y tratamiento.

Ya sabía yo que el General, a pesar de lo contento que estaba el último día con la respuesta al tratamiento, no estaba conforme con cómo me veía el pecho. Esta mañana me ha dicho que quiere que me hagan una resonancia magnética para ver qué está pasando por ahí dentro y poder evaluar si me operan ya. Redefinición de la estrategia nuevamente. No tengo capacidad para valorar si es mejor o peor una cosa u otra. Simplemente me resigno a aceptar el mejor criterio de su equipo, que para eso ya me tomé el esfuerzo de ver a varios médicos en su momento y elegirlos a ellos. Ahora sólo me queda esperar que cada etapa vaya llegando cuando toque.

El estudio genético dio negativo. Es decir que no tengo alterados los mismos cromosomas que mis primas. Es una buena noticia en el sentido de que sólo tendrán que actuar donde haya tumor, pero abre nuevas incógnitas sobre el origen de este cáncer. Como dice el General, todos los cánceres tienen origen en una alteración genética, sólo que aún no se ha estudiado al completo el genoma humano ni se saben todas las causas que producen esas alteraciones. Algunas parece que son claramente de tipo hereditario, pero otras no se sabe aún.


18 de abril de 2012

Los días perros

Ayer me hicieron la resonancia magnética. En principio hasta el día 26 no vuelvo a ver al médico, aunque no descarto que hayan examinado ya hoy mi caso en el comité de mama (se reúnen todos los miércoles).

Estos días estoy con los efectos de la quimio del lunes, que igual resulta que es mi último día, quién sabe. No son muy fuertes pero me dejan el cuerpo con una sensación rara, como de mareíllo permanente y falta de energías. Como ya sé que es algo temporal de un par de días, me lo he tomado con tranquilidad: paso mucho tiempo tumbada, durmiendo o leyendo o escribiendo, como lo justo y por obligación y bebo mucho líquido. Espero estar recuperada para el fin de semana.


Mi nuevo look

Ya me ha crecido el pelo lo suficiente como para ir sin peluca. Cortito aún, no tan grueso como lo tenía antes y súper canoso. Las primeras experiencias con el tinte fueron un desastre porque se me quedó el pelo de color naranja zanahoria, pero ya parece que la peluquera ha conseguido un tono castaño oscuro más discreto. Total que ahora tengo un “look” más a añadir a los que me proporcionan las pelucas. Creo que las seguiré usando no obstante, sobre todo estos días que parece que el frío no se quiere ir.

La gente que me ha visto dice que le gusta cómo me queda. No sé, me quieren mucho, pero tampoco tienen por qué mentirme. A mí me parece que tengo que aprender a peinarme bien y que el pelo corto requiere un poco más de maquillaje para que favorezca, así que aquí estoy, ¡con el maletín de la señorita Pepis haciendo experimentos!


El cuento

Va con algo de retraso sobre el calendario previsto inicialmente. Ahora se espera que saldrá para antes de verano, pero no para el uno de mayo como anunciaron en la página de la editorial al principio. El problema ha sido que le hemos tenido que cambiar el título por razones comerciales. Al final, de entre una lista de diez o doce alternativas, hemos elegido “Cuando Mamá se puso la corona”. Personalmente me gustaba más el primero, pero bueno.

Por mi parte también he decidido que donaré mis ingresos por derechos de autor a un programa de ayuda a mujeres con cáncer que se llama “Ponte guapa…te sentirás mejor”. No será un importe muy alto (salvo que se vendan miles y miles de ejemplares, claro) pero en este caso es más importante la posibilidad de difusión del cuento gracias a la fundación que ejecuta el proyecto.

Sigo teniendo mucha ilusión en que este cuento vea la luz y en que tenga una buena acogida.


19 de abril de 2012

Hoy ya me he levantado mucho mejor. Vuelvo a sentir mi cuerpo como el mío de siempre. He desayunado con ganas, estoy de buen humor, no me siento tan cansada. Sigue haciendo mal tiempo, me quedaré un día más sin salir de casa.

Mañana puede ser un gran día con la cena que han organizado mis amigas. ¡Seremos unas cuantas! Echaré mucho de menos a alguna.

Han pasado por casa a hacerme una visita Isabel, Ana e Inés. ¡Cómo se lo agradezco! Siempre con buen humor y anécdotas divertidas.

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Bienvenido - Deseada - Inoportuna - Inesperada

Hay una niña de ocho años que tiene otros tres hermanos, un padre y una madre. Vive en un entorno feliz. Su madre es ama de casa y se ocupa de los niños, de las comidas, de llevarlos y traerlos del colegio, de los uniformes, de la administración de todo lo doméstico. Su padre ocupa un puesto de responsabilidad en un gran banco y a menudo trae trabajo a casa. Aún así, siempre tiene tiempo para jugar con sus hijos y para un elogio para su mujer. La niña es la tercera de los hermanos. Es un puesto incómodo ser la mediana. Con su hermana menor se lleva menos de dos años, por lo que ha disfrutado poco del privilegio de ser la pequeña de la casa. Sus dos hermanos mayores le llevan más de cinco años y la dejan en una situación de volver a ser la mayor...de las pequeñas.

Como una broma de mal gusto que sólo entienden ellos, sus padres les han puesto apodos: bienvenido - deseada - inoportuna - inesperada

Maldita la gracia que te llamen inoportuna. Para colmo de males, a menudo bromean con ella diciéndole que en realidad era un perrito que se encontraron por la calle haciendo pis en una farola.

Sus padres nunca han leído libros de psicología ni de pedagogía. En los años setenta eso no se llevaba, y cualquiera que leyese esto hoy, pensaría lo equivocados que estuvieron en su educación.

Sin embargo el lector no sabe que su padre tenía una capacidad única para hacerles sentir a cada uno de ellos especial. Jamás dudó en decirle, a veces a solas y otras delante de todos sus hermanos que ella era su hija favorita. A los demás les diría otras cosas, pero de eso ella no se acuerda.

Han pasado muchos años, la niña ahora es una mujer adulta y madre de dos hijos. Su padre murió hace casi treinta años cuando ella era aún pequeña, pero entre los recuerdos más íntimos y más antiguos de esta niña-mujer siempre está el abrazo de su padre, ella sentada en sus rodillas, mientras le dice "Tú eres mi favo".



Irene, 15 de agosto de 2009

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